Micro-relatos, cuentos, críticas y pensamientos...

domingo, 21 de diciembre de 2008

Sin palabraS

Me encuentro expectante, como si un sonido sordo detonase en mi interior. Intento definir lo que acontece y solo logro formular preguntas retoricas, ¿qué acaso no existen palabras para definirlo? (ahí lo he vuelto hacer), y es entonces cuando dudo de mis capacidades, o quizás sea tarea demasiada complicada, dar corporeidad a puro éter .

Expresar algo siempre necesitara de la interpretación del interlocutor, si se habla de cosas claramente definidas no existirá ningún problema, más sin embargo cuando de sentimientos se trata siempre hará juego la experiencia personal de cada quien, el amar, por ejemplo, no tendrá el mismo significado para dos personas aunque así lo parezca. Más será la aproximación que la exactitud, pero bien será lo suficientemente practico, siendo éste por definición, la expresión máxima de entrega.

El dilema surge cuando se intenta plasmar sentimientos que salen, o al menos así pensamos, de estas definiciones prácticas y generales, y adoptan una naturaleza estrictamente personal, como una gran gama de colores y tonalidades, que en fusión forman una firma única. Y aún siendo estos conocidos, utilizando sus nombres y apellidos no estaríamos conformes, pues, no harían honor a todo lo que, en conjunto, entrañan.

Y desde aquel gran embutido de sentimientos no se encuentra ni desde los más recónditos rincones de nuestra mente la palabra precisa ni el conjunto de estas, como si no existiese forma alguna de evocar tales sentimientos en el entendimiento (o los corazones) de los demás. Y nos sentimos totalmente incapaces, como niños que apenas pueden formar palabra alguna. Es entonces cuando ya no tenemos reparo alguno en volvernos totalmente metafóricos... inútilmente.

1 comentario:

Ryokan dijo...

Digo yo, su profundidad siempre será proporcional a la dificultad que se presenta a la hora de expresarlos, ¿o será truco de cámara? =P